Foto: Fernanda Fuentes |
Las alergias son tan comunes, que
para el año 2020 se estima que el 50% de la población sufrirá algún tipo de
alergia. Hay personas que nacen genéticamente predispuestas a factores
ambientales, es decir, ya tienen anticuerpos en su sistema para algún alérgeno (algo
capaz de generar alergia, ya sea algún alimento, medicamento, polen, insecto,
ácaro, u otros) mientras que otras las adquieren durante su vida.
En la primavera y en invierno tienden
a aumentar los síntomas alérgicos, más comúnmente de tipo rinoconjuntivitis (síntomas
nasales y oculares) a este tipo se le llama “alergia estacional.” En primavera
ocurre porque la concentración de polen en la atmósfera aumenta. En invierno,
la humedad facilita el crecimiento de hongos y sus esporas alcanzan fácilmente las
vías respiratorias.
Existe además una estrecha
relación entre alergia y asma, aun cuando se trata de dos entidades distintas. Cuando un paciente tiene ambas, al controlar una
generalmente mejora la otra, aunque cada una tiene tratamiento específico.
Síntomas
Pueden ser leves, como:
escurrimiento nasal claro, estornudos, ojos rojos, picazón en nariz y ojos, lagrimeo,
rubor en zonas diferentes de la piel, tos seca, o ser más graves e inflamar
tanto la vía aérea que pudiera causar dificultad para respirar o paro
respiratorio (shock anafiláctico).
Diagnóstico
Generalmente las alergias se
desarrollan en la infancia y adolescencia. Sea cual sea tu edad, lo ideal es
acudir con un alergólogo (especialista en alergias) para la realización del
denominado Prick Test, el cual es un examen que determinará a qué eres alérgico
específicamente.
Tratamiento
Este se basa principalmente en
evitar exponerte al componente que te causa alergia. También existen
comprimidos orales, medicamentos inyectados, jarabes o aerosoles para inhalación que mejoran
los síntomas. Deben ser indicados por un médico ya que cada caso se trata de
forma individualizada.
¿Cómo prevenirlas?
*En otoño e invierno:
-Mantener lo más seco posible el cuarto de baño y toallas, una medida es
abrir la ventana del baño y exponer las toallas al sol.
-Reducir en lo posible los niveles de humedad en la casa (usar de
deshumidificadores).
-Sacar las bolsas de basura todos los días.
-Cambiar con frecuencia los filtros del aire acondicionado.
-No dejar alimentos frescos fuera de la nevera durante mucho tiempo.
-Si se tienen plantas en el interior de la casa, vigilar el estado de
las hojas y de la tierra, controlando la presencia de putrefacción o formación
de hongos.
-Evitar los paseos por parques, jardines y zonas de urbanizaciones con
alta densidad en arizónicas (familia de árboles).
*En primavera:
-Cuando haya mucho viento, permanecer en casa.
-Evitar estar fuera entre 5 y 10 de la mañana, y 7 y 10 de la noche, es
el horario en el que la concentración de polen es mayor.
-Usar filtros para los aires acondicionados.
-Usa lentes obscuros al salir.
-Tras llegar a casa, ducharse y cambiar de ropa, en ella se adhieren
granos de polen.
-Evitar barrer terrazas, cortar el césped o acostarse sobre él.
-Mantener las ventanas del vehículo cerradas.
-Secar la ropa en secadoras no al aire libre.
La prevención no es el tratamiento definitivo e implica cambiar tu estilo de vida, pero de lo contrario los síntomas diarios podrían agravarse. Acude a un medico para mayor información o aprieta click en la zona de contacto y pregunta lo que desees saber a profundidad sobre este tema.
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