La obesidad es una enfermedad
crónica. En su desarrollo influyen tanto factores genéticos (no los podemos modificar)
como ambientales (si podemos modificarlos).
Se asocia a mayor riesgo de
padecer Diabetes, Hipertensión, infertilidad e incluso cáncer, y sus efectos
directos a la salud son: dolor en articulaciones, problemas para respirar sobre
todo al dormir, trastornos digestivos, incontinencia urinaria, disfunción
sexual, movilidad limitada, depresión y otros.
¿Cómo saber si tienes obesidad?
El diagnóstico se hace mediante
la determinación del Índice de Masa Corporal (IMC), para lo cual primero debes
pesarte y medirte en una balanza calibrada y luego se hace el cálculo, hazlo
aquí.
Una vez tengas tu IMC revisa en
el siguiente cuadro, y observa dónde clasificas.
¿Cómo se trata?
Creo que ya lo sabes, debes
perder peso, pero no lo hagas solo. Lo ideal es acudir a un internista o
nutricionista e incluso a un psicólogo, que te enseñen las directrices para empezar
y mantenerte en el proceso. El hecho de que detectes el problema y busques solucionarlo
denota que te quieres y es lo más importante.
Independientemente si tu médico
te indica medicamentos, debes empezar cambios en el estilo de vida: comer
saludable, hacer ejercicio y dejar de fumar. De seguro el médico solicitará
algunos estudios de laboratorio para descartar que algunos órganos estén
enfermos, que no tengas prediabetes o Diabetes, la presión alta, colesterol y triglicéridos
fuera de lo normal, así como se considerará la determinación de algunas
hormonas.
Con perder 5-10% de peso,
disminuirá el riesgo de padecer las complicaciones arriba mencionadas.
Generalmente se espera 6 meses
con cambios en el estilo de vida, si no hay mejoría significativa se anexará un
medicamento para la obesidad aprobados por la FDA y en pacientes con IMC >35
se puede plantear la necesidad de cirugía bariátrica.
IMPORTANTE
Ningún individuo es igual a otro,
no sigas recomendaciones del vecino, ni consumas productos “quemadores de
grasas”.
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